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  • Foto del escritorPatricia Sirebrenik

Coronavirus y tercera edad: El reencuentro con el 5to mandamiento

Actualizado: 25 abr 2020


La pandemia más grave del mundo en casi 100 años nos ha traído mucho dolor, tragedia, muertes y angustias. Restricciones a la libertad, distanciamiento social, cesantía, enclaustramiento, más pobreza, en fin, podría seguir enumerando una extensa lista de malas noticias.


Pero también hay una cara positiva, el reencuentro del ser humano con lo esencial y lo que verdaderamente importa: la vida y la familia.


Muchos han escrito sobre cómo el coronavirus nos enfrenta a las situaciones que ya veníamos criticando sin hacer el suficiente esfuerzo por corregir, la contaminación, el calentamiento global, el exagerado consumismo e individualismo, en fin, otra larga lista como la primera.


Pero el hecho que el Covid 19 se ensañe con la tercera edad - para nosotros; nuestros padres y madres y para los niños; sus abuelos y abuelas - nos ha reencontrado con uno de los más significativos mandamientos que aparecen en el Antiguo Testamento. El quinto: "Honra a tu padre y a tu madre" y ojo porque nos llama a honrarlos que va más más allá que respetarlos.

Como explican en varios artículos los expertos, el respeto a los padres se aplica principalmente cuando nosotros, los hijos, dependemos de nuestros padres. Mientras que cuando los honramos avanzamos al siguiente paso que da todo ser humano: cuando nuestros padres son mayores y dependen de nosotros y de nuestros cuidados.


A mi juicio se pueden priorizar los dos objetivos del distanciamiento y enclaustramiento social que demanda esta pandemia. La primera razón, cuidarlos, mantenerlos vivos aunque eso signifique aislarlos. La segunda, no contagiarnos todos al mismo tiempo para así no colapsar el sistema de salud ni al tan aplaudido y valorado personal de salud. Ello causaría aún más muertes y caos.


Superando las restricciones sociales

Con mis hermanos siempre hemos estado permanentemente pendientes de nuestros padres, así como ellos lo estuvieron con los suyos y los suyos con nuestros bisabuelos. Un amor que se pone a prueba cuando enfrentas la amenaza de la pérdida.

Para superar las restricciones del aislamiento tenemos hoy las ventajas que nos dan el Internet y la tecnología, por ejemplo las llamadas, video chats, ventajas a las que no todos tienen acceso.


También a través de conversaciones divertidas casi a gritos a tres metros de distancia desde la reja de la casa y que ahora con la mascarilla pueden servir de material para una obra de Ionesco ya que corren el peligro de escucharse y entenderse totalmente distintas hasta llegar al absurdo.


Asimismo, está el ejemplo de esta foto, un cariñoso hijo que interpreta un vals en acordeón mientras sus padres bailan dentro de la casa en su aniversario de bodas.


Pero todas las alternativas que se pueden encontrar, ¿Son suficientes para un aislamiento prolongado de meses?


El dilema

Ahora con el COVID 19 y como tantos otros hijos, hemos aislado a nuestra mamá, sólo llamarla desde el teléfono o una video-llamada y hablarle desde la reja de entrada. Quizá más tranquilos que otros hijos porque tenemos la fortuna que ella está acompañada y bien cuidada.


Las medidas han sido estrictas desde los inicios de la pandemia en todas partes del mundo y con repercusiones emocionales como lo explicaba ya en marzo este artículo.


Algunos gobiernos han querido limitar sus movimientos por ley y desde bastante jóvenes para los parámetros del siglo XXI, 70 años, como trató de hacerlo el gobierno argentino, una medida que provocó la protesta no sólo de los adultos mayores sino de toda la sociedad y que más tarde fue declarada inconstitucional.


La otra cara: ¿Qué pasa si no lo hacemos?

Tan graves son las consecuencias del COVID 19 y la irresponsabilidad de poner en peligro de contagio a nuestros adultos mayores, que desde todas partes del mundo comenzaron a surgir declaraciones de autoridades de gobierno explicando por qué se debía aislarlos.


Las consecuencias de no hacer nada comenzaron a hacerse realidad, reportes de las miles de muertes de personas de tercera edad en el mundo, los problemas en los hogares de ancianos hasta llegar a lo más extremo, cuando nadie los cuida y los abandonan a su suerte, como sucedió en España.


Me llamó la atención que fuera un Ministro de Defensa - un rol que generalmente se asocia con una persona dura y fría- sobretodo porque es el ministro de un país como Israel que vive en un estado permanente de guerra - el que grabara y difundiera este video pues explica la importancia del distanciamiento social con los abuelos como si le estuviera hablando a un niño.


Pero hace muy pocos días nos llegó un remezón desde Alemania donde se nos alertaba de no caer en el facilismo de solucionar todo aislando a la tercera edad. Y lo advirtió una mujer, Angela Merkel, no sólo de liderazgo mundial sino con estudios y doctorados en el área que avalan la seriedad y credibilidad de cada una de sus palabras en tiempos de coronavirus y que detalla este artículo “Aislar a los ancianos para recuperar la normalidad es éticamente inaceptable”.


Tiene razón, pero ¡Qué hacemos entonces!


No es posible o razonable vivir así hasta que se encuentre la vacuna que los especialistas aseguran no llegará en menos de un año. Y aunque fueran sólo meses. Aislarlos de tal manera que en algunos casos puede causar hasta la depresión llega a ser cruel, por mucha tecnología con que contemos para comunicarnos con ellos. Debemos encontrar el equilibrio.


Las opiniones están divididas, no sólo entre expertos y políticos, también entre familias.


¿Qué vas a hacer tú?


Y por sobre todas las cosas:
Nuestros queridos viejos

Mientras escribía, me acordé de una canción que estaba de moda cuando era niña. La encontraba bonita pero un poco monótona. Quizá porque no tenía la edad ni la experiencia para valorar las palabras escritas por Piero.


Hoy la volví a escuchar después de décadas, con otros oídos, más vivencias y más años. Con la conciencia que el valor de la enseñanza milenaria del quinto mandamiento está plenamente vigente.


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