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  • Foto del escritorPatricia Sirebrenik

Opinión: Covid y el regreso a la vida en comunidad 2.0

Actualizado: 21 sept 2020


Qué duda cabe, el mundo que teníamos antes de la pandemia por el COVID 19 es totalmente distinto al de hoy. Ahora vivimos bajo amenaza y en constantes cuarentenas dado los llamados rebrotes, con pocas armas de defensa y prevención, sólo buscando las más eficientes medidas de reacción, cura y sobrevivencia.


Una situación económica, sanitaria, política y social tambaleante en gran parte del mundo.

Cada vez más personas desempleadas se están dado cuenta que las reglas del juego cambiaron, que ahora más que nunca hay que “rascarse con las propias uñas”, pues las soluciones que dan los estados y sistemas políticos no dan abasto, o por lo menos, no dan la seguridad a mediano o largo plazo dadas las proyecciones científicas que indican que la vacuna sólo aparecerá a mediados o fines del 2021.


Pero el individualismo, tal como se asocia espontáneamente a los efectos de un sistema económico neoliberal, ha dado paso a una nueva versión.


La gente masivamente ha tenido que volcarse a buscar la reinvención. En Chile, los llamados emprendedores ya no son en su mayoría los que quieren y tienen habilidades para hacerlo. Ahora son much@s los que buscan un espacio para sobrevivir económicamente a esta crisis.


Es esta misma inestabilidad la que ha provocado la necesidad de volver a vivir en comunidad y buscar apoyo entre pares, aquell@s que están viviendo y sintiendo lo mismo y que tienen necesidades que pueden ser respondidas por esa propia comunidad. El (la) que necesita un producto o servicio y el (la) que lo puede brindar.


Las personas están transformando lo que era un hobby o habilidad como cocinar, coser, diseñar, arreglar etc., en un emprendimiento. También son much@s los que aprovechan sus estudios y trabajos desempeñados como empleados, ahora como mini-empresarios.


Así, el hasta ahora conocido “win-win” como el objetivo de negociaciones empresariales y políticas, se ha transformado en una especie de sociedad del “trueque virtual”, del ganar-ganar entre individuos asociados o unidos no en torno a una organización o empresa, sino a una comunidad social y humana con las mismas necesidades de salir adelante.


De esta forma, han proliferado los grupos whatspp y las cuentas en Redes Sociales para participar de las distintas comunidades y nuevos mercados surgidos de estas necesidades y servicios con atención personalizada. Y en innumerables casos, han traspasado la frontera desde las necesidades económicas a un apoyo y contención emocional y de amistad.


Se ha vuelto a la búsqueda del almacén de barrio, esta vez virtual. El puerta a puerta, como en el pasado, cuando los repartidores - de pan, leche, verduleros, heladeros, servicios, afiladores de cuchillos, recicladores de artículos electrónicos, cartones, diarios, botellas y tantos otros- recorrían en sus triciclos o camionetas los distintos barrios y comunas está volviendo en gloria y majestad, sólo que ahora más sofisticado con trasferencias electrónicas y Delivery.


Esto no implica que las grandes empresas desaparezcan. Tampoco significa que la aldea global en la que Internet ha transformado el mundo y las sociedades deje de existir. Seguiremos cada vez más conectad@s apoyados por más y mejor tecnología.


La gran diferencia es que obligadamente se ha acelerado lo que ya había surgido en el mundo pre pandemia: El clamor de las sociedades a centrarse en las personas y en lo humano.


Somos las personas las que conformamos el núcleo de toda acción social, política y económica. Algo obvio, pero que permanecía olvidado para un sector importante de quienes toman las decisiones en el mundo.


Cada vez son más los individuos empoderados a través de pequeñas comunidades virtuales que a su vez se van integrando a otras, según las necesidades y carencias en común. Tal como funcionaban las tribus, ahora convertidas en tribus virtuales.


La gente se junta en plazas públicas - también virtuales - convocadas por hashtags donde se concentran, negocian, opinan, discuten y demandan.


Ciertamente, con el pasar de los años y la renovación de las antiguas generaciones por las digitales, las personas estarán cada vez más empoderadas a través de las facilidades que les brinda Internet y las Redes Sociales. Para hacerlo bien o para hacerlo mal, como en todos los momentos de cambios y crisis que han existido en la historia.

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