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  • Foto del escritorPatricia Sirebrenik

Opinión: Empresa,Medio Ambiente, SEIA; El efecto de las Redes Sociales en la participación ciudadana

Actualizado: 22 sept 2022


¿Hacia dónde debe apuntar la gestión empresarial y la de su socia estratégica -las comunicaciones- para alcanzar la velocidad y el poder de este nuevo actor comunitario en los procesos de impacto ambiental?

La aprobación por parte de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados de la idea de legislar sobre el proyecto de ley que moderniza el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), ha impulsado su discusión en la prensa, las empresas y en el ámbito político.


La iniciativa legal introduce cambios que apuntan a despolitizar las decisiones así como mejorar las instancias de participación ciudadana. Entre otros elementos, obliga a que los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) se sometan a un proceso de consulta ciudadana anticipada, previo a su ingreso al SEIA.


Y de aprobarse una indicación de la oposición, incluiría la idea de realizar un plebiscito vinculante respecto al proyecto.


También propone la eliminación del Comité de Ministros y el Recurso de Reclamación Administrativo, evitando una doble revisión de la Resolución de Calificación Ambiental (RCA). Así también, se establece que sean los tribunales ambientales los que resuelvan.


Buen momento para analizar el impacto en la gestión empresarial, las estrategias comunicacionales y en la participación ciudadana, de esta nueva arista que se ha instalado en la defensa del medio ambiente: Las Redes Sociales.


El efecto Twitter

Desde hace ya bastante tiempo que Twitter y sus influencers – que según análisis estadísticos en la mayoría de los casos viven lejos de la comunidad afectada y además participan de muchas otras causas - han logrado posicionarse en la discusión nacional de los proyectos de impacto ambiental, instalando sus críticas o rechazo en los medios masivos tradicionales.


Hasta el momento, en las oportunidades que han intervenido masivamente –muchas veces con éxito- ha primado el rechazo al proyecto en sí, es decir, luchan para que no se concrete y no se apruebe bajo ninguna circunstancia con la premisa que ninguna adecuación o transformación del proyecto puede evitar un impacto irreversible en el medio ambiente.


Pero el poder de las Redes Sociales tiene instancias más específicas y agudas: intervenir o afectar un diálogo entre la comunidad y la empresa cuando hay reales posibilidades de llegar a un acuerdo para las adecuaciones y transformaciones del proyecto, que garanticen que la obra es viable y no causará daño al medio ambiente ni deteriorará la calidad de vida de sus habitantes.


Una de mis experiencias como asesora comunicacional pre-RRSS fue en un proyecto de Codelco de alto impacto en la comunidad. División Salvador debía cerrar su campamento minero de Potrerillos -donde se emplaza hasta el día de hoy su fundición- y trasladar a sus más de 4.000 habitantes, para así cumplir con la normativa ambiental, ya que las transformaciones tecnológicas en su fundición no alcanzaban el nivel aceptable para que la zona fuese habitable.


El plan inicial para los habitantes del campamento se podría resumir en tres principales aspectos: El cierre era inminente, Codelco apoyaría financieramente sólo a sus trabajadores y sus respectivas familias. Los contratistas y sus familias, los comerciantes y las familias particulares no tendrían ayuda.


En la primera reunión sostenida con la comunidad particular de Potrerillos en la sede de su junta de vecinos, planteamos el plan ideado por la empresa estatal recogiendo además todas las inquietudes para entregárselas a la gerencia. Las reacciones de las decenas de asistentes, lejos de la rabia y enojo, fueron expresiones de angustia, miedo y ansias por ser escuchados para plantearle a Codelco todas las razones por lo que pensaban que era injusta la situación y que el Estado debía ayudarlos.


Este levantamiento de información fue el inicio de un largo proceso de diálogo y entendimiento que conllevó a mesas de trabajo y se lograron fructíferos acuerdos. La motivación fue mucho más que evitar una crisis política y comunicacional al gobierno. Era una genuina preocupación por hacer bien las cosas y de manera justa porque el argumento “si no se hace, se cierra la división”, no era suficiente.


El plan inicial cambió totalmente y el presupuesto destinado también, gracias a mesas de trabajo y diálogo con todos los actores involucrados: trabajadores de Codelco, contratistas, comerciantes y familias particulares. Entre otros aspectos, todos los habitantes del campamento fueron apoyados de alguna forma por la empresa o el Estado.


Este proceso de entendimiento de una cadena humana “Comunidad- División Salvador- Codelco Central – Gobierno” duró meses, el plan de traslado sufrió modificaciones durante más de un año. Todo eso, en una relativa tranquilidad y con cobertura de prensa a nivel regional.


Ahora, en los tiempos de las RRSS y el auge de los teléfonos inteligentes me pregunto: ¿Qué hubiese sucedido si en esa primera reunión alguien nos hubiera grabado con su celular y subido a Twitter solo una frase de toda esa larga conversación: “Codelco sólo apoyará financieramente a sus trabajadores. La decisión de la empresa es que ustedes tendrán que trasladarse y buscar dónde establecerse por cuenta propia”.


El registro se hubiera convertido en viral a las pocas horas y el tema sería de discusión nacional, con las entendibles críticas a la empresa y el gobierno.


Haciendo ficción, una de las posibilidades y creo la más probable, es que ya no habría todo ese tiempo para que el directorio de Codelco entendiese los problemas de la gente y aprobara modificar el plan y presupuesto plateados por la gerencia de la División. El diálogo se habría teñido de discusiones y acusaciones políticas, manifestaciones, cobertura de prensa, fake news, discusiones en el Congreso y una preocupante tensión para modificar a la rápida el proyecto presionados por otro sector que se la jugaría para que el plan no se llevara a cabo.


A la “velocidad de la luz

La era digital y el fácil acceso a la tecnología para registrar en detalle todas las reuniones acciones y reacciones de un proceso - incluso en una conversación privada y a puerta cerrada- pueden mutar la comunicación y el diálogo con la comunidad hacia un final no deseado y por ende, a un proyecto empresarial trabajando con viento, o más bien, tormenta en contra.


No hay marcha atrás. Y no basta con que sea el estratega comunicacional el que establezca planes adaptados a los nuevos tiempos para enfrentar el proceso de relaciones con la comunidad. La empresa que crea que con esto está “al otro lado”, se equivoca.


La solución no parte desde el plan comunicacional para enfrentar la participación ciudadana establecida por ley, sino desde la creación y gestión del proyecto, apoyados por el estratega comunicacional.


La instantaneidad de las RRSS invade las relaciones con la comunidad y el diálogo como si fuese un vector con el poder de intervenir el tiempo y el espacio. El planteamiento de la empresa no puede hacerse sólo desde la ingeniería, seguridad, calidad y del análisis de compensaciones a negociar con la ciudadanía y las autoridades en el proceso de evaluación.


A mi juicio, la idiosincrasia, cultura, sus miedos, sus sueños, sus metas deberían ser parte de los datos “duros” con los que los ingenieros y otros profesionales inician y se plantean un proyecto. Plantearse la posibilidad de que durante el levantamiento de información no sólo se sumarán compensaciones sino que también modificaciones al proyecto en sí.


Ya no hay tiempo ni espacio para correr el peligro de sembrar el rumor o la idea preconcebida de que el proyecto es malo, antes de siquiera someterlo a proceso. No hay espacio para errores forzados.


Entender que se necesitan nuevas estrategias de diálogo (y no sólo de marketing) para enfrentar las Redes Sociales. Lograr usarlas para profundizar el diálogo y reatroalimentación. Pensar en estrategias para adelantarse a las Redes Sociales y las fake news.


Asumir que éstas ya forman parte de la mesa de diálogo y participación ciudadana.

Sólo a partir de allí se puede idear la estrategia y plan comunicacional que acompañará a la empresa en el largo y convulsionado proceso de evaluación de impacto ambiental.


LIBRO "POTRERILLOS: LA HISTORIA DE UN TRASLADO"

Han pasado tres años desde que publiqué este artículo y durante ese tiempo he recibido muchos mensajes que me piden cuente más detalles de la experiencia del cierre del campamento minero de Potrerillos y traslado de su población. Se trata de un ejemplo de un proyecto social y medioambiental minero que sí logró llegar a buen término y sin conflictos políticos mayores. Hoy en día, la fundición de Potrerillos sigue en funcionamiento con turnos de trabajadores que se alojan en un hotel (o residencia) construida especialmente a kilómetros de distancia cumpliendo así con las leyes ambientales.


Dejo aquí el libro que escribí el año 2000 para Codelco Chile que da testimonio de la historia del campamento minero de Potrerillos de División Salvador y su proceso de cierre y traslado de la población tanto trabajadores pertenecientes a Codelco y contratistas, como familias particulares. Bajar PDF libro "Potrerillos, la historia de un traslado"

Agradezco el interés y entusiasmo de mis lectores.




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