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  • Foto del escritorPatricia Sirebrenik

La nueva normalidad

Actualizado: 7 jul 2020


Estaba nervioso, era la primera vez que se conocerían en persona. Durante toda su vida había tenido contacto virtual con sus compañeros de colegio. El mundo había cambiado a partir de 2019, cuando apareció el COVID 19.


Ante la poca efectividad de las vacunas experimentadas después de la aparición del virus, pues éste mutaba cada 6 o 7 meses, los países de todo el planeta comenzaron a establecer leyes rigurosas para asegurar el distanciamiento físico, según orientaciones de la Organización Mundial de la Salud.


Las leyes eran estrictas pues el mundo había perdido a millones de habitantes, y seguía perdiendo cada vez con mayor rapidez. Recibir los resultados de los censos anuales era siempre una mala noticia.


A los jóvenes les estaba autorizado salir de la casa a partir de los 18 años. Antes de eso, todas las clases, fiestas, deportes y cualquier actividad social se hacían con hologramas y programas 4D.


El encuentro tan esperado con ansias por los jóvenes de todo el mundo, era la fiesta de graduación. Sin cápsulas, sólo protegidos por trajes desarrollados por la NASA y también por empresas privadas de deporte, moda y tecnología como Nike, Zara y Samsung, se llevaría a cabo en pocas horas más.


Allí vería por primera vez en persona a Isabella, su compañera de curso y polola desde 8° año Básico. Podrían bailar, tomarse de la mano y conversar en complicidad.


Los resultados de laboratorio siempre eran enviados a los alumnos egresados el día de la graduación. Un proceso rutinario pues, con la rigurosa fiscalización y duras sanciones por infringir leyes anti pandemia, la probabilidad de que alguno arrojara positivo era bajísima .

Se puso el traje y llamó a Isabella para coordinar la llegada a la fiesta. Pero no contestó. Sólo apareció un mensaje de ella en su visor. “No iré. Mi examen arrojó positivo”.


Se le detuvo el corazón, estaba en estado de shock. “Pero ¡cómo! con esa maldita vigilancia tecnológica estatal ¡imposible! Sólo un alumno en un millón arroja positivo antes de graduarse” le contestó.


Ella no dijo nada. Sólo apareció un mensaje de la Inteligencia Artificial en el visor de su traje. “Contacto bloqueado. Aislado en la ciudad-residencia de la región por 40 días”



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